viernes, 9 de julio de 2010

Los candidatos a la Alcaldía de SAN ISIDRO

Viernes 9 de julio. La carrera por el sillón municipal formalmente empezó el lunes. Mientras la prensa informa tipo reality las broncas entre Lourdes Flores y Alex Kouri, como si ambos fuesen los únicos candidatos, estoy seguro que ninguno de ellos gana. Ojalá. En los distritos hay otro show aparte. Quiero detenerme en San Isidro, en la capital empresarial, en el corazón de Lima, en la comuna del Olivar, en esa alameda donde me he sentado tantas veces a leer a Yeats o a escribir un poema. A ver, chequemos quiénes son sus candidatos, quiénes están en el partidor. Hasta qué punto convencen o no convencen: según sondeo, al saque tenemos como favoritos a Jorge Salmón, Luis Alfonso Morey, Raúl Cantella, Max Gorbitz y Manuel Velarde, los cinco ya están inscritos en el JNE, pensé que habrían más, pero no, solo son 10 los candidatos, pero estos cinco corren como favoritos; o sea, tenemos a los de siempre y a los nuevos, a los viejos y a los jóvenes. El papá del zorro, consciente que no la hacía, no se presentó. Bien por eso.
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Los viejos
Salmón tiene a su favor su experiencia como alcalde, allí destaca su interés por el arte y la cultura. Ahora de nuevo se presenta con Somos Perú (Andrade puede dar sorpresas en Lima), pero tiene cuestionamientos por el otorgamiento de licencias (el caso más llamativo es el del proyecto Millenium levantado en la Av. Miró Quesada) y por el contrato para la limpieza del distrito. Su debilidad: tiene 72 años, no lo imagino dinámico a los 75, que es la edad de Cantella, el más tío de todos. Cantella, a sus 75 años goza de una larga militancia en el PPC, ya se ha presentando antes a la alcaldía, pero su vejez y su posición en extremo conservadora jugaron y juegan en su contra. A su favor tiene el apoyo de Lourdes Flores. Algo que en realidad no entiendo es cómo un hombre de trayectoria honesta puede postular con Lourdes, ex asalariada por Diez Canseco (ex vicepresidente que le quitó la novia al hijo y favoreció al suegro en el aeropuerto) y ex asesora de Cataño, acusado de narcotráfico. El otro es Gorbitz, quien también ha sido candidato, ahora postula con Alex Kouri. Quienes lo conocen dicen que invertirá un montón de plata en su campaña. A ver si la manzana, el símbolo de su movimiento, le sirve al ex presidente regional de El Callao para llevarle de fiambre a su otrora pata Vladimiro Montesinos.
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Los nuevos
Velarde tiene a su favor que es nuevo en el escenario político, tiene buena formación y su familia es reconocida por la élite limeña. Su padrastro Oscar Berckemeyer Pérez Hidalgo, un reconocido acaudalado, sería el principal financista de su campaña. En su contra tiene el gris y cuestionado rol que desempeñó como jefe de SUNAT (recuerden el irregular ingreso a Panamericana). No tiene un trabajo conocido y su agrupación responde a los intereses de un pequeño grupo. Morey es el más joven de los candidatos: tiene 36 años; participa en las filas de Adelante, el partido de Rafael Belaunde. En su contra juega su cercanía a Rafael Rey (hace diez años postuló al congreso con uno de sus tantos movimientos), su antigua defensa al fujimorismo y su ex relación con Keiko. Morey ha tenido exposición mediática: CCN en los noventa, fue gerente de RBC (le devolvió pantalla a Hildebrandt), estuvo a cargo de 24 horas, Edición Central en Canal 5, desde hace un tiempo asesora a empresas del sector minero y está involucrado con el mundo académico.
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Los candidatos aún no han realizado grandes propuestas. Todos han mencionado el lugar común del tráfico y la seguridad. Ahora solo queda esperar los nombres de quiénes los acompañan como regidores y evaluar sus planes de gobierno. Mientras tanto la pista está allí y ya sonó el silbato de partida.
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En la foto, en este orden: Luis Alfonso Morey (Adelante), Jorge Salmón (Somos Perú), Manuel Velarde (Ind. de Acción), Max Gorbitz (Cambio Radical) y Raúl Cantella (PPC)

martes, 18 de mayo de 2010

INCREIBLE: INC DE TRUJILLO ALQUILA SU AUDITORIO A ENCUENTRO DE POETAS

Harold Alva
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Nunca he creído en los encuentros de poetas segmentados por el género. Para mi la poesía no tiene sexo, me da lo mismo leer el poema de un poeta o el de una poeta; por eso cuando las feministas se esmeran en publicitarlos yo me pulo en omitirlos; sin embargo como no soy dogmático, aplaudo esos otros eventos que bajo el pretexto de presentar una propuesta con ánimo descentralista, que confío por la juventud de las convocadas no terminarán como aquellos que repelo; los aplaudo y recomiendo. Por eso pienso que FEMINÓPOLIS promete. Lo que me sorprende es que una institución como el Instituto Nacional de Cultura, que debería ser la responsable de organizar actividades como esta no solo se haya negado a abrirle sus puertas, sino que le haya cobrado a las responsables por el alquiler de su auditorio. Increíble, y ojo que se trata del INC de la autocalificada capital de la cultura. Por eso los recitales en Trujillo y los festivales de libros son promovidos por privados; por eso las instituciones culturales han perdido legitimidad frente a una población que los mira incrédula desde afuera, por eso los directivos de estas casas se han convertido en los gendarmes que maltratan las acciones que en otros locales se realizan, por eso Jorge Tume, César Olivares y David Novoa se han atrincherado en el Chaska, el único espacio que admirablemente lleva 24 recitales semanales ininterrumpidos; por eso aplaudo que las organizadoras le hayan puesto la otra mejilla a ese Felipillo de la cultura y a ver si ese pago por alquiler le sirve a sus funcionarios para que cumplan con aquellas labores por las que cobran un salario.
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FEMINÓPOLIS es un encuentro al que vale la pena asistir. A esto debo agregar que conozco la poesía de algunas de las convocadas. Sé de Danitza Crossby (Piura) desde el año 97 cuando me la presentó el poeta Jorge Hurtado en una de esas tardes cuando la Plaza de Armas era el punto de encuentro de quienes pululábamos en la noche liberteña. Leo a Denisse Vega Farfán (Chimbote) desde que mi hermano Stalin después de una feria de libros en Chimbote me trajo su Euritmia, después coincidimos en la Web y después en Lima; recuerdo una tarde cuando fui a recogerla a Lince y en un recorrido de dos horas por el centro me dio la impresión que la literatura se puso de acuerdo para encontrarnos de casualidad a varios escritores: Miguel Ildefonso, Gabriel Ruiz Ortega, Max Palacios, Víctor Coral y Jorge Coaguila a quienes la presenté con la confianza que me remitía su poética. He leído a Matilde Granados (Chiclayo) gracias a un envío de Stanley Vega. A Denisse, Victoria Larco (La fábula del cuerpo) y a Nora Puertas (Cianosis) las he incluído en mi antología DE GOLPE A GOLPE que amenaza con publicarse en julio de este año; las dos últimas poseen un registro que ubico entre lo más consistente de la última poesía trujillana, que ambas participen es otra razón para no dejar de asistir.
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Habría sido paja que por Lima participe Alessandra Tenorio, Andrea Cabel y Cecilia Podestá, desconozco la poesía de las otras poetas; lo que no desmerece el encuentro, todo lo contrario, lo enriquece y nos invita a conocer otras poéticas. Punto para la organización. INC: otra vez te me caíste.

martes, 10 de noviembre de 2009

MEDALLA DE HONOR DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA PARA EDUARDO GONZÁLEZ VIAÑA

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La Medalla de Honor del Congreso del Perú en el grado de Gran Cruz va a ser conferida al escritor Eduardo González Viaña en ceremonia que se realizará en esa sede legislativa el jueves 26 de noviembre a las 6.30 de la tarde. Es la mayor condecoración de ese poder del estado. El autor, quien viene de Estados Unidos para ello, ofrecerá una conferencia en el mismo lugar.
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María del Pilar Tello, presidente del directorio de “El Peruano” y Fidel Ramírez Prado, Rector de la Universidad Alas Peruanas serán encargados presentarlo. Luis Alva Castro, presidente del Congreso del Perú, le entregará la condecoración.
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Autor de unos treinta títulos, catedrático en los Estados Unidos, Premio Internacional de Novela en ese país, Premio Nacional de Cultura del Perú, Premio Internacional Juan Rulfo de narrativa, Miembro Correspondiente de la Academia de la Lengua, entre otros de sus galardones, González Viaña ha expresado en sus obras la esforzada y milagrosa epopeya de la inmigración hispanoamericana en los Estados Unidos.
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Eduardo González Viaña entregó hace poco la primera novela biográfica acerca del poeta César Vallejo, su paisano y, como él, estudiante de la Universidad Nacional de Trujillo. Con el hasta ahora casi desconocido expediente judicial a la mano y una serie de cartas inéditas, el autor recreó la espantable experiencia carcelaria del mayor poeta peruano así como el encanto sin límites de una vida fascinante.
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Su novela El corrido de Dante es considerada como un clásico de la inmigración en Estados Unidos. En menos de dos años, ese libro (Arte Público, USA, 2006) ha tenido cinco ediciones en países e idiomas diferentes. En castellano e inglés, en Texas, Estados Unidos. En italiano, en Siena. En marzo del 2008, apareció la edición española, en Alfaqueque y en agosto, la latinoamericana, en Planeta.
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Por ese libro, en julio del 2007, González Viaña obtuvo el Premio Latino Internacional de Novela de los Estados Unidos en un evento muy comentado por la crítica norteamericana en el que el segundo premio fue compartido por las reconocidas novelistas Gioconda Belli e Isabel Allende.
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El autor publica cada semana "El correo de salem", una columna periodística que aparece simultáneamente en decenas de diarios de América y en “La Nueva España”. Además de vibrante defensa de los inmigrantes, esa columna intenta ser una radiografía de la vida norteamericana.
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Orador fascinante, se descuenta que su presentación llenará el tradicional hemiciclo del Senado. Este mismo año, Gonzalez Viaña congregó multitudes en la Biblioteca Nacional, y el local de la Asamblea Nacional de Rectores, entre otros. La entrada es libre previa presentación del DNI.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Entrevista a CARLOS CALDERÓN FAJARDO

“Las sociedades "necesitan" inventarse escritores de "culto" y los raros son perfectos para esa forma de momificación necrofílica”

Por Harold Alva

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El primer libro que leí de Carlos Calderón Fajardo fue La conciencia del límite último; desde entonces he seguido de cerca la obra de este narrador a quien hemos tenido el privilegio de publicar El viaje que nunca termina: la verdadera historia de Sarah Ellen (Ediciones Altazor, 2009); que presentamos la noche del jueves 24 de setiembre en el Centro Cultural de España. Los comentarios estuvieron a cargo de Rossana Díaz Costa, Luisa Fernanda Lindo y de Willy del Pozo. Sobre Sarah Ellen, lo gótico y sobre los narradores jóvenes, dialogamos en la siguiente entrevista.

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Publicó un adelanto de esta novela en 1993. Han pasado más de quince años y publica la versión definitiva ¿Por qué tuvo reposando tanto tiempo a Sarah Ellen?
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La novela durmió 16 años porque maduró dentro de mí. La volví a reescribir después del sismo del 2007, cuando se creó un culto en relación a ella, después de que un hombre salvó la vida cobijado bajo su tumba. En 1993 era todavía un vampiro, pero a partir del 2007 se convirtió en una santa de culto. La idea de una vampiro que hace milagros me fascinó, y me reenganchó con la historia.
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La vida como un viaje, el viaje como metáfora de una existencia que nunca se termina, representado en Sarah Ellen, la inglesa que se alucinaba Vampiro. ¿Existió realmente esta mujer o se trata de otra leyenda urbana?
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La mujer existió, la leyenda nacida en Pisco, en Perú, llegó a Inglaterra y fue muy publicitada en la prensa inglesa y varios periodistas británicos hicieron una investigación exhaustiva sobre esta mujer. En google se puede hallar estas investigaciones hechas en Inglaterra. Lo mío es una novela inspirada en la leyenda urbana peruana. No recreo la leyenda, la leyenda me sirve de punto de partida para continuar ampliando mi horizonte expresivo. Esta novela no es extraña al corpus de mi narrativa, se emparenta con el cuento Gyula, con el tema de los verdugos de ese libro y con los rasgos góticos de mi novela La conciencia de límite último, novela con la que El viaje que nunca termina está emparentada; ambas novelas fueron escritas más o menos en la misma época, en el 91 y el 93 en los tiempos que estaba fresca de la embriaguez de sangre que hubo en la guerra interna.
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Lo heroico en esta novela es el amor de Jhon P. quien se embarca en esta travesía secundando a Sarah, él es quien al no rechazar el modo de vida de su esposa, inventa a la falsa vampiro. ¿El viaje que nunca termina podría ser clasificado también como una novela de amor?
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Es una novela de amor. La narrativa gótica moderna, en el cine y la novela han derivado a ser novelas de amor. El vampirismo como tema novelesco siempre ha estado relacionado con el sexo y el amor. El vampiro siempre vive penas de amor y cuando muerde efectúa una especie de coito de sangre que, en términos de placer sexual, es incomparable.
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¿Por qué elegir a un romántico, el Capitán Álvarez, para que conduzca el navío donde viajaba la pareja?
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El romanticismo fue un movimiento literario, filosófico, de reacción a la razón moderna. Este rechazo a lo moderno, vuelve con la postmodernidad. Esta novela fue escrita en pleno debate filosófico sobre la postmodernidad. Hay un romanticismo reciclado postmoderno; el rechazo a una modernidad tecnológica que todo lo depreda: la muerte de la randomancia, de las novelas góticas; el capitán Álvarez representa la resistencia de la magnifica navegación a vela, donde el capitán controlaba las corrientes y los vientos y Álvarez es el rechazo a los buques modernos donde los aparatos son los que controlan el rumbo de la nave.

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¿Cuáles han sido los referentes literarios sobre los que construye esta historia? ¿Quiénes han sido los autores que han influido en su incursión al género gótico?
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Los referentes literarios son Bram Stocker, y la novela sobre El buque fantasma, de la que se hizo una película muy famosa y tiene que ver con una historia, la del Holandés errante, que está condenado a navegar sin fin; Wagner hizo una opera con esa leyenda El Holandes errante. Pero el referente fue la leyenda misma de Sarah Ellen sobre la que había mucha información en 1993.
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En el Perú no hay una tradición gótica, quizá un acercamiento en la obra de Clemente Palma, sin embargo no ha sido un género desarrollado por nuestros escritores, de allí que considero que El viaje que nunca termina se convierte en un referente histórico. ¿Seguirá explorando lo gótico? ¿Ha pensado en otra novela?
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Es cierto que en el Perú no hay tradición gótica, y si la hay. Gonzalo Portal Zubiate ha hecho una antología de 300 páginas sobre poesía peruana de filiación siniestra Urge púrpura (El lampero alucinado ediciones 2009). Y Elton Honores de San Marcos está preparando una antología de cuentos peruanos sobre vampiros. Temas hay para novelas góticas; los pishtacos, los saca ojos, los "roba caras". Etc
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De los nuevos narradores ¿a quiénes considera que debemos seguirle la pista?
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Esa pregunta es difícil de contestar, los hay fantásticos y realistas. Pero aún no se despunta un escritor en especial. Me interesan las narradores mujeres jóvenes. Claudia Ulloa, Rossana Díaz Costa, Alina Gadea, Julia Wong, yo creo que son a ellas a quienes hay que seguirles la pista.
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Los jóvenes lo leen como a un autor de culto ¿Usted cómo se califica?
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¿Cómo me califico? Como un hombre que ha perseverado más de 40 años en una misma vocación. Y lo que he hecho y hago, es intentar construir una obra personal, que busca en cada nuevo libro ampliar mi horizonte expresivo. Me importa poco, si soy famoso o no lo soy, si gano premios o no, si me internacionalizan o no, si las editoriales grandes se interesan por mí; en las alternativas me siento muy cómodo. No soy un gran escritor, si lo fuese ya me habría echado el lazo, el anzuelo, las grandes editoriales del mundo que andan buscando con lupa a grandes escritores, y no soy de culto, salvo para unos cuantos fans. Para ilustrar esto basta ver que sólo dos blogs publicitaron la presentación de mi novela. Eso de culto es un bluff. Las sociedades "necesitan" inventarse escritores de "culto" y los raros (Siu Kam Wen, Adolph. CCF) son perfectos para esa forma de momificación necrofílica.

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Más sobre Carlos Calderón Fajardo:

http://www.librosperuanos.com/autores/calderon_fajardo1.html

martes, 15 de septiembre de 2009

ENTREVISTA A SERGIO BARANDIARÁN

“Quisiera que Coctel Selva Negra sirva para sensibilizar al público en cuanto a la diversidad de formas de amar y desear”
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Por Harold Alva
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Sergio Barandiarán ha escrito una novela desenfadada. Coctel Selva Negra (Ediciones Altazor, 2009) es un conjunto de historias de género que, al modo de El gran salto de Alberto Ciarriz, Contra natura de Álvaro Pombo, o No se lo digas a nadie de Jaime Bayly; nos transportan a un territorio donde los encuentros furtivos, las fiestas, los viajes y las tragedias son la línea que cruza e identifica a sus personajes; inmigrantes en su mayoría, acreditados con ese salvoconducto de ciudadanos del mundo, propio de la globalización. El lector que se enfrente a sus páginas, no dejará de sorprenderse con el manejo de las situaciones, las mismas que en un momento lo pueden situar frente a una novela de viajes, otras, inserto en las páginas de un diario y, en su mayoría, como el concentrado receptor de una inusitada confesión que lo dejará conmovido y sin fuerzas para cuestionar el universo homoerótico, presentado al fin, con un nivel en el lenguaje, que bien podría resumirse como ese buscador infatigable que, en su momento, reclamó Virginia Woolf. Sobre este variopinto Coctel conversé con Sergio, aquí les dejo la entrevista.
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¿Por qué escogiste la novela para iniciar tu carrera literaria?

Más que una elección consciente de género literario, Coctel Selva Negra es el resultado de un cuarentón en crisis que siente que se le va la vida y trata de reconstruir algunos fragmentos de ella para convencerse de que ha “vivido”.
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¿Has incursionado en el cuento? Te pregunto porque para tratarse de una primera novela, la estructura y el lenguaje nos presentan a un narrador que tiene conciencia del oficio.

Si bien Coctel Selva Negra es mi primera publicación, he escrito algunos cuentos con cierta regularidad desde 1995. Lo que llamas “conciencia del oficio” proviene a lo mejor del hecho de ser un ávido consumidor de literatura, sobre todo de mis autores favoritos, y por ser un filólogo de corazón con una incontrolable afición a todo lo relativo al lenguaje. Me encanta por ejemplo jugar con el doble sentido como en la mayoría de títulos de los capítulos. También participé hace algunos años en un taller de escritura creativa.

¿A qué autores consideras tus referentes?
Exagerando un poco, te puedo decir que si quitas de mi biblioteca a Isabel Allende, Laura Esquivel, Jaime Bayly – las damas primero –, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, me dejarías casi huérfano de libros. Menos mal que tengo bastantes atlas altos y gruesos para rellenar esos espacios vacíos.
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Elegiste narrar en primera persona ¿Cuánto de Sergio Barandiarán hay en Coctel Selva Negra?
Por otro lado, los personajes co-protagónicos de cada capítulo los he creado a partir de personas reales, pero con las consabidas licencias de la ficción literaria para volverlos más pintorescos.El narrador y protagonista, Carlos Hayes, tiene de hecho bastante en común conmigo. Es básicamente un 'lorna' que se pasó todo el colegio estudiando y descuidó otras facetas importantes de la vida que más adelante tratará de recuperar con más o menos suerte.
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¿Has pensado en una saga de historias donde puedas continuar explotando tu condición itinerante? Te pregunto esto por el final abierto de la novela.

Lo que tengo bien claro, es que algunos de los personajes co-protagónicos, por ejemplo Monsieur Rémy, dan para una novela entera. También estoy maquinando una saga familiar ambientada totalmente en el Perú.

Radicas en Alemania ¿participas de su bohemia? ¿qué tan intensa es allá la actividad literaria?

Alemania es un país con una indudable tradición intelectual; tanto es así que ellos mismos se autotitulan “tierra de poetas y pensadores”. Basta pasar un otoño-invierno allí para entender por qué: Con ese frío, cielo gris y oscuridad, se dan condiciones óptimas para encerrarse en su escritorio o sala y dedicarse a escribir o leer. Como autor en lengua extranjera, he participado alguna vez en la “bohemia” de un simpático círculo de autores hispanos que se reúnen cada mes en Colonia.

¿Cuál es tu siguiente paso como escritor?

Antes que nada, estoy trabajando en la traducción al alemán de Coctel Selva Negra para poderlo lanzar en la Feria del Libro de Frankfurt en el 2010. Posteriormente, quisiera reflotar los cuentos que escribí entre el 95 y el 2007 así como embarcarme en el proyecto de saga familiar lambayecana-limeña que abarcaría todo el siglo XX y cuyo título lo tengo listo desde hace diecisiete años, falta tan solo el contenido

En una frase: ¿Quién es Sergio Barandiarán?

Un itinerante con raíces más en el aire que en la tierra, con muchas dudas y pocas certezas, con poco amor al trabajo – no más de seis horas diarias, por favor – y muchas ganas de viajar por el mundo, probar las comidas típicas de cada lugar y a sus respectivos cocineros.

¿Qué papel juega el Perú en tu libro?

Teniendo en cuenta que la mitad de mi vida he sido extranjero, el concepto de “patria” se ha extendido a todos los lugares donde he vivido más de un año y experimentado eso que llamamos felicidad, donde he querido y me han querido, como Friburgo, Basilea y Frankfurt. En Coctel Selva Negra, aparte del narrador, hay otros dos co-protagonistas peruanos, el estudiante y cocinero Jaime así como la brichera jubilada Leticia. Todos ellos comparten la peruanísima pasión por la buena mesa. Tengo también claro que mi próximo proyecto de cierta envergadura tendrá como telón de fondo ya no la Selva Negra sino la multifacética geografía peruana.

lunes, 30 de marzo de 2009

EL EMPOWERMENT

Por Víctor Hugo Chanduví Cornejo
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El mundo empresarial y la administración están en constante evolución para alcanzar formas o nuevas herramientas de eficiencia y de compromiso con el personal involucrado en toda la organización.

Si partimos del marco de Referencia de que la Administración esta dividida en cinco funciones administrativas que son: Planeación, Organización, Integración de Personal, Dirección y control; en torno de los cuales se desarrollan todos los conceptos, principios, teorías y técnicas de la administración EL EMPOWERMENT está ubicado dentro de la función de organización.
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EL EMPOWERMENT es un término relativamente nuevo que en los últimos años, está adquiriendo mucha importancia en las grandes campañas del mundo.
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Pero para poder entender mejor este concepto, es necesario analizar las relaciones entre Autoridad, Poder y delegación.
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AUTORIDAD Y PODER
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El Poder, es un concepto mucho más amplio que el de autoridad. Es la capacidad de individuos o grupos de inducir o influir en las opiniones o acciones de otras personas o grupos. También se podría decir que es la habilidad de ejercer influencia, es decir la habilidad de cambiar las actitudes o comportamiento de individuos o grupos. Existen muchas bases de poder, por ejemplo:

· El Poder Legitimo Que emerge normalmente de un puesto y se deriva del sistema cultural d derechos, obligaciones y deberes con fundamento en el cual un “puesto” es aceptado como “legitimo” por los individuos.

· El poder del Conocimiento Que proviene de la experiencia de una persona, en razón de sus conocimientos especializados.

· Poder de Referencia Poder basado en el deseo del influido de identificarse con el influyente; dado que creen en ellos y sus ideas

· El Poder de Recompensa Producto de la capacidad de unas personas para otorgar recompensas
· El Poder Coercitivo Es el poder de castigar, ya sea despidiendo a un subordinado o negando el reconocimiento a sus méritos. Este Poder está estrechamente relacionada con el poder de recompensa y es producto normalmente del poder legítimo.
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Cuando es habla de autoridad en un contexto administrativo, por lo general se hace referencia al poder que otorga un puesto.
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AUTORIDAD Es el derecho propio de un puesto (y por lo tanto de la persona que lo ocupa) a ofrecer discrecionalidad en la toma de decisiones que afectan a otras personas. Se funda en el reconocimiento de la legitimidad de los intentos de ejercer la influencia dentro de lo límites establecidos. Este derecho nace de su posición formal en el seno de la organización.
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LA AUTORIDAD ES UN TIPO DE PODER, pero en el marco de una organización.
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BASES DE LA AUTORIDAD FORMAL: Dos perspectivas
Hay dos teorías fundamentales sobre el origen de la autoridad formal en las organizaciones:

1. La Perspectiva Clásica. Supone que la autoridad se origina en algún nivel muy alto de la sociedad y que luego se transmite legítimamente de un nivel a otro.

2. La Perspectiva de Aceptación. Atribuye la base de la autoridad a la que recibe la influencia y no al que la ejerce. Esta teoría empieza con la observación de que no todas las órdenes legítimas son obedecidos en cualquier circunstancia. El punto fundamental estriba en que es el receptor quien decide obedecer o no; por consiguiente es el receptor y no el que emite la orden quien determina si la autoridad está presente en una ley u orden en particular. Esto no pretende afirmar que la insubordinación y el aceptada por los miembros de una organización.
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Según CHESTER I. BARNARD (1886 – 1961) dice que hay cuatro condiciones para que una persona obedezca a la autoridad superior:
a) Puede entender y de hecho entiende la comunicación
b) En el momento de su decisión piensa que esta es incompatible con el propósito de la organización
c) En el momento de su decisión piensa que ésta es compatible con sus intereses personales en general
d) Es capaz mental y físicamente de obedecerla.
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De acuerdo con BARNARD el grado de cooperación del empleado depende del balance entre sus incentivos y contribuciones. La existencia de la estructura formal no garantiza que los subordinados cumplirán las órdenes; BARBARD pensaba que es una teoría que se hizo conocida como la “Teoría de la aceptación de Autoridad”. Esta teoría postula que el mismo subordinado determinará si una orden es legítima y por lo tanto se le va a aceptar o rechazar. Las ideas de BARNARD así como su Tesis Central: “Una empresa puede operar de manera eficiente y sobrevivir sólo si se mantiene en equilibrio las metas de ella, así como los objetivos y necesidades del empleado”. Han sido introducidos dentro de la práctica y la teoría de la administración moderna.
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DELEGACIÓN DE LA AUTORIDAD. El acto de transferir autoridad formal y responsabilidad aun subordinado, para el cumplimiento de actividades específicas.

La delegación es indispensable para que una organización pueda existir. Así como, en una empresa, nadie podría encargarse por si solo de la realización de las tareas necesarias para el cumplimiento de un propósito grupal, es imposible que, a medida que una empresa crece, una sola persona ejerza en su totalidad autoridad de tomar decisiones.
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La delegación de autoridad por los superiores a los subordinados es evidentemente necesaria para el buen funcionamiento de cualquier organización, dando que ningún superior puede realizar personalmente o supervisar completamente todas las actividades de una organización.

VENTAJAS DE DELEGAR

1. Cuantas más actividades pueda delegar un administrador, mayor oportunidad tendrá que buscar y aceptar responsabilidades de los administradores del nivel superior.
2. Da origen a mejores decisiones, por estar los subordinados más cerca de la línea de fuego
3. Acelera la toma de decisiones y evita exceso de consultas
4. Hace que los subordinados acepten sus responsabilidades.

BARRERA PARA DELEGAR
- “Lo Hato yo mejor”
- Mis subordinados no tienen suficiente para eso”

Las verdaderas son:
- Que el administrador sea demasiado desorganizado o inflexible para delegar trabajo de manera efectiva.
- La inseguridad y la confusión acerca de quien es el principal responsables de una actividad específica.
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PROCESO DE DELEGACIÓN
La autoridad se delega cuando un superior concede discrecionalmente a un subordinado para la toma de decisiones esto complica:

1. Se tiene que determinar con precisión los resultados esperados
2. Se tiene que asignar tareas
3. Se tiene que dar autoridad para el cumplimiento de tales tareas
4. Se tiene que responsabilizar.
Además así como la responsabilidad del superior no puede delegarse, el jefe debe hacer responsables a los subordinados del cumplimiento de las tareas que se les han encomendado.
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EMPOWERMWNT
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EMPOWERMENT significa que los empleados, administradores o equipos de todos los niveles de la organización tienen el PODER PARA TOMAR DECISIONES SIN TENER QUE REQUERIR LA AUTORIZACIÓN SUS SUPERIORES.
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La idea en la que se basa el EMPOWERMENT es que quienes se hallan directamente relacionados con una tarea son los más indicados para tomar una decisión al respecto, en el entendido de que poseen las aptitudes requeridos para ello.
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En realidad, el sustento histórico de la idea del EMPOWERMENT radica en las propuestas sobre sugerencias, enriquecimiento de funciones y participación de los empleados.
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El concepto de delegación está estrechamente relacionado con el EMPOWERMENT, tal es así que algunos autores asocian el concepto de EMPOWERMENT con el de la delegación de autoridad.
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El EMPOWERMENT implica que empleados y equipos acepten la responsabilidad de sus acciones y tareas conceptualmente, esto puede ilustrarse de la siguiente manera:
· El poder debe ser igual a la responsabilidad (P=R)
· Si el poder es mayor que la responsabilidad (P>R), el resultado podría ser una CONDUCTA
AUTOCRÁTICA por parte del superior, a quien no hace responsabilidad de sus acciones.
· Si la responsabilidad es mayor que el poder (R>P) el resultado podría ser la FRUSTRACIÓN DE LOS SUBORDINADOS, dado que carecen del poder necesario para desempeñar las tareas de que son responsables.
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Entre las razones del interés en el EMPOWERMENT están la competitividad global, la necesidad de responder rápidamente a las demandas y expectativas de los clientes y la exigencia de mayor autonomía de parte de una fuerza de trabajo cada vez mejor preparado. EL EMPOWERMENT de los subordinados significa que los superiores tienen que compartir su autoridad y poder con sus subordinados. Sí, un estilo de liderazgo autocrático, cuando se usa como la única forma de administración, resulta inadecuada para las organizaciones del siglo XXI.
Los empleados desean ser tomados en cuenta y participar en las decisiones, lo que a su vez produce en ellos una sensación de pertenencia, realización y autoestima.
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Para una administración eficaz se requiere de la sincera aceptación del EMPOWERMENT, basada en la confianza mutua, sustentada en la transmisión a los empleados de la información pertinente para el desarrollo de sus tareas y que se otorgue a personas competentes. Además los empleados merecen ser premiados por ejercer su autoridad de decisión dentro de este nuevo esquema. Empresarial del EMPOWERMENT.

EL LEGADO PERUANISTA DE ENRIQUE BRÜNING

Dr. Teodoro Hampe Martínez, en el micrófono.
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Por Teodoro Hampe Martínez
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Los estudios científico-sociales de la Región Lambayeque tienen uno de sus pioneros en don Enrique (Hans Heinrich) Brüning, ingeniero mecánico y comerciante alemán que vivió prácticamente medio siglo en la costa norte del Perú: de 1875 a 1925. Respecto a la biografía de este personaje, hay que anotar que la falta de información puntual es una de las características más acusadas, no obstante el hecho de que Brüning fue ampliamente conocido y laboró con asiduidad en materias de la arqueología, etnología, geografía, historia, lingüística y folklore.
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Al cumplirse ochenta años de su muerte (ocurrida el 2 de junio de 1928), debemos revalorar su vasto legado de carácter peruanista, destacando de manera especial sus colecciones de objetos arqueológicos, manuscritos, fotografías, canciones y otros testimonios sobre el pasado de Lambayeque, que significan unas fuentes extraordinarias para investigar la cultura, los personajes y las costumbres de esta región. El legado científico de Brüning está preservado actualmente en el Museo Arqueológico Nacional que lleva su nombre, en la ciudad de Lambayeque, así como en el Museo Etnológico de Hamburgo y en el Museo Etnológico de Berlín.
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Es un hecho, por cierto, que la mayoría de la población no conoce realmente a don Enrique Brüning, el hombre. Un auténtico pionero de las investigaciones etnohistóricas y culturales en la zona norte del Perú; un estudioso que no solo se ocupó de recopilar testimonios de primera mano, sino que escribió artículos y monografías y mantuvo vinculación epistolar a través de una nutrida correspondencia, que hoy se guarda en Hamburgo. Don Enrique Brüning, no obstante ser en principio sólo un «amateur» o coleccionista de antigüedades, estuvo situado en el centro de las inquietudes americanistas de su época, siempre dispuesto a compartir hallazgos, opiniones o incertidumbres con investigadores de la talla de Markham, Uhle, Lehmann-Nitsche, Mesones Muro, Angulo, González de la Rosa, entre otros.
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En los últimos años, ha sido nuestro objetivo investigar en las fuentes disponibles en Alemania y Perú aspectos poco conocidos o estudiados de la trayectoria vital de Brüning como, por ejemplo, sus sucesivas estancias en Chiclayo, Eten y Lambayeque, su vida profesional, su familia y el reparto de su herencia científica. También hemos procurado recopilar los trabajos publicados por Brüning en libros, revistas y periódicos que aparecían por aquel entonces. Y hemos realizado una emocionada visita al poblado campesino de Hoffeld, en la comarca de Bordesholm (Holstein), donde pasó los primeros y los últimos años de su vida. De este modo procuramos conocer las características más saltantes y más íntimas en la vida y el trabajo intelectual de este personaje.
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Ya en 1997 publicamos un inventario de la serie de documentos originales que recopiló Brüning para la historia de la antigua provincia de Zaña (siglos XVI-XVIII), materiales que luego hemos utilizado en diversas aproximaciones a la historia social y económica de dicha localidad. Quisiéramos publicar en lo sucesivo una edición y traducción castellana de las piezas más notables de su valiosa, interesantísima correspondencia. Al mismo tiempo, colegas investigadores se han ocupado de dar a conocer sus fotografías (Eva König), las grabaciones de música popular norteña que hiciera Brüning (Virginia Yep), su diccionario de la lengua mochica (José Antonio Salas) y sus indagaciones tras el palacio de Naylamp (Bernd Schmelz).
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Don Enrique Brüning, el pionero
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Nació Hans Heinrich Brüning el 20 de agosto de 1848 en el poblado de Hoffeld, cerca de Bordesholm (Holstein), en el seno de una familia de labradores aparceros de moderada condición económica. Sus padres le costearon los estudios en la Real Escuela Politécnica de Hannover, donde estuvo entre los años 1865 y 1869, cursando materias de historia natural, química, matemáticas y tecnología de máquinas. No consta documental-mente que hubiese obtenido ningún grado académico, pero durante su larga estadía en el Perú llevó el título de «ingeniero» y fue integrado al Cuerpo de Ingenieros de nuestro país.
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Después de una primera experiencia laboral en el ámbito de la marina mercante, el joven Brüning decidió abandonar el norte de Alemania y lanzarse a la aventura de un mundo enteramente distinto. Aunque no está bien determinado por qué resolvió encaminarse a las costas del Perú, es evidente que aquí poseía contactos entre la colonia de inmigrantes alemanes; así fue como llegó en septiembre de 1875 al puerto del Callao y se dirigió enseguida a la hacienda azucarera de Pátapo (provincia de Chiclayo) para trabajar en la instalación y mantenimiento de maquinaria. Pasó los años siguientes laborando en diversas plantaciones de la región septentrional del país, al mismo tiempo que recogiendo objetos arqueológicos, tomando fotografías y realizando inspecciones de carácter etnográfico.
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Poseía ya una buena colección de testimonios del pasado y de la cultura muchik cuando en 1897, a los 49 años de edad (siendo aún soltero), emprendió la navegación de retorno a su patria. Pero la visita que efectuó a sus familiares y relacionados fue breve: en el lapso de un año y medio se dedicó a completar su biblioteca, adquirir instrumentos de medición científica y establecer vinculaciones institucionales de primer rango. Abordó en octubre de 1898 el vapor Amasis para regresar a la tierra que lo había encandilado por su civilización milenaria y donde, además, era ampliamente reconocido como técnico y hombre de negocios.
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A fin de garantizar su subsistencia, don Enrique —como era llamado por los lambayecanos en señal de respeto— se dedicó a la compra y venta de maquinaria agrícola y a tareas de administración en diversas haciendas. Parece que laboró por tiempo especialmente largo en los complejos azucareros de Pomalca y Laredo, aunque la información al respecto es fragmentaria. Sólo sabemos con certeza que el personaje se movía frecuentemente de un lugar a otro de esta región, pues le encontramos efectuando negocios y trabajos de investigación (alternadamente) en Moche, Palpa, Chiclayo, Eten, Lambayeque, Jayanca, Motupe, Olmos, y otros lugares.
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En 1902, Brüning fue llamado a participar de una expedición oficial auspiciada por la Junta de Vías Fluviales, a fin de encontrar el camino más corto entre la cuenca del Marañón y el litoral del Pacífico. Desarrolló esta arriesgada expedición junto con el ingeniero Eduardo de Habich, el hacendado (educado en Alemania) Manuel Antonio Mesones Muro y varios hombres más, montados a mula y a caballo. Lograron arribar en unas seis semanas hasta el pongo de Manseriche, al lugar denominado Puerto Meléndez; pero el viaje de regreso se presentó más complicado y dramático, debido a que las continuas lluvias hicieron crecer la corriente del río. Brüning aprovechó la ocasión para redactar un informe del viaje y una descripción etnográfica de las tribus aguarunas.
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En el campo de la investigación científica, no hay duda de que el éxito de nuestro personaje era creciente. Su correspondencia particular revela que mantuvo contacto asiduo con los más importantes americanistas y peruanistas de aquel tiempo. Pero su mismo espíritu inquieto, andariego, le llevó quizá a sufrir algunas penurias en los tramos finales de su estadía en el Perú. En 1922, al conceder una entrevista a un periódico chiclayano, don Enrique Brüning brindó una sincera introspección de sí mismo: «Los anticuarios, los amantes de la arqueología, los enfermos de la manía de escribir y revivir el pasado, nos convertimos al fin y al cabo en una paradoja del loco que, en medio de su desgraciada anormalidad, vive en el delirio de las grandezas...» (cit. en Schaedel 1988: 224). La realidad de las cosas es que Brüning, tras haberse formado para una carrera de profesional y técnico, descubrió que esto era solamente una forma de adquirir el sustento para su verdadera pasión: la actividad de científico social.
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Establecido desde 1909 en una casa grande que compró en la calle San Roque de Lambayeque, llegó a hacer vida familiar junto con su esposa, Sofía Hormann (una arequipeña de origen germánico), y sus dos hijos que pronto vinieron al mundo. Al mismo tiempo, se dedicó a organizar su colección de ceramios, tejidos y piezas metálicas precolombinas, buscando a través de contactos en el Perú y el extranjero la manera de venderla a un precio razonable. Se sabe de las negociaciones que sostuvo con un agente establecido en Hannover, con el coleccionista Rafael Larco Herrera y, finalmente, con el gobierno del Presidente Augusto B. Leguía. Casi el 90 por ciento de las piezas coleccionadas por Brüning —unas cinco mil en total— eran originarias de los valles bañados por los ríos Zaña, Lambayeque y La Leche.
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Grande fue naturalmente su alegría cuando el régimen de Leguía decidió adquirir esa colección, fundando el primer Museo Regional del país (con el propio nombre de Brüning), mediante resolución suprema del 16 de julio de 1921. Se acordó pagar la suma total de 60.000 soles, de la cual se ofreció al coleccionista una sexta parte al contado; la suma restante debía cubrirse en un plazo de dos años, a razón de 2.000 soles por mes. El propio Brüning fue nombrado primer director del Museo, para el cual se acondicionó su casa de Lambayeque.
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Casi no podía el ingeniero alemán tener motivo de queja frente al tratamiento que se le dispensó en aquellos años del leguiísmo, plenos de éxito académico y de reconocimiento material para él. Un grave problema de salud, a los 76 años de edad, empero, lo decidió a buscar mejoría en su país nativo. Brüning se despidió del Presidente Leguía en una emotiva carta y abandonó definitivamente el país, en barco, el 17 de junio de 1925. Poco después de su llegada a Hamburgo fue víctima de un derrame cerebral; mas al recuperarse moderadamente, siguió trabajando en la clasificación de sus papeles y la redacción de ensayos, a la vez que negociando con los directivos del Museo de Etnología hamburgués la venta del resto de sus colecciones peruanas.
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Corinna Raddatz (en una conferencia inédita de 1996) ha explorado las circunstancias a través de las cuales se produjo la venta del resto de las piezas arqueológicas y etnográficas de Brüning al museo de Hamburgo. La demanda de nuestro personaje ascendía al monto de 30.000 marcos, y encontró una favorable acogida de parte de la dirección del museo, no obstante que la situación financiera del Estado alemán hacía entonces muy difícil cualquier desembolso extraordinario. Su sobrino Hans J. Brüning ayudó al anciano coleccionista en las negociaciones con los representantes burocráticos. Se hallaba éste aún en plena tarea creativa cuando falleció el 2 de junio de 1928, en una clínica de Kiel, como consecuencia de un ataque cardíaco, a los 79 años de edad. El funeral se llevó a cabo el 6 de junio en el crematorio de Kiel y la sepultura de la urna con sus cenizas se realizó el 14 de julio siguiente en Bordesholm.
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Don Enrique Brüning, el corresponsal
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Por razones intrínsecas al carácter de los documentos, no hemos considerado en nuestro inventario (Hampe Martínez 1997) a la correspondencia privada de Brüning, que significa una fuente privilegiada para seguir la trayectoria biográfica y científica del investigador alemán. En este rico fondo epistolar, conservado también en el Museo de Etnología de Hamburgo, se ubican numerosos originales de cartas enviadas a don Enrique desde variadísimas partes de América y Europa, y también unas pocas copias de mensajes remitidos por él, básicamente en el curso de los últimos treinta años de su vida.
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Como es natural, se hacía más frecuente el contacto epistolar de nuestro personaje con la gente cercana a él por razones de afinidad intelectual o de trabajo. Uno de sus más asiduos corresponsales fue don José Ignacio Chopitea, propietario de la hacienda Laredo (provincia de Trujillo), con el cual se carteó abundantemente desde 1892 hasta 1916; de hecho, se encuentran mensajes de Chopitea remitidos durante estos años desde lugares tan diversos como Laredo, Trujillo, Salaverry, Lima, París, Liverpool, Berlín y Madrid. La correspondencia gira en torno a asuntos técnicos, administrativos y patrimoniales, que Brüning debía atender para beneficio del hacendado.
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Además, eran frecuentes corresponsales suyos el erudito investigador limeño Manuel González de la Rosa, quien le escribía sobre sus inquietudes de estudio y sus penurias al final de su vida (1911-1912); el expedicionario lambayecano Manuel Antonio Mesones Muro, su compañero en el famoso viaje de Chiclayo al Marañón (de quien se hallan cartas de 1902 y 1909); el médico y coleccionista alemán R. Stimming, avecindado en Grosswusterwitz, Magdeburgo (cartas de 1909 a 1913); y el célebre arqueólogo sajón Max Uhle, iniciador del Museo de Historia Nacional en Lima, con el cual Brüning compartió preocupaciones y tareas por la salvaguarda del patrimonio arqueológico peruano (correspondencia de 1900 a 1908).
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Aunque siempre permaneció un arqueólogo y etnógrafo aficionado, el ingeniero alemán jamás dio muestras de humillación o acomplejamiento en la esfera académica. Mantuvo de hecho relación con los más notables investigadores americanistas de su época, conforme lo evidencian las cartas que recibió, por ejemplo, del doctor Hermann von Ihering, director del Museu Paulista, São Paulo (1895); de Sir Clements R. Markham, de la Royal Geographical Society, Londres (1905); del antropólogo Robert Lehmann-Nitsche, establecido en el Museo de La Plata (1918-1919); y del profesor Alfred L. Kroeber, de la Universidad de California, Berkeley (1926). No es nada de extraño, por lo tanto, que también se relacionara con peruanistas distinguidos como el ingeniero polaco Eduardo de Habich, el musicólogo francés Raúl d’Harcourt y el botánico alemán Augusto Weberbauer.
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Don Enrique Brüning se ganó, por cierto, un sitial entre casi todos los círculos de la sociedad peruana, incluyendo aquellos reservados a los más ricos y más poderosos. Su archivo epistolar demuestra las buenas vinculaciones que tuvo con Rafael Larco Herrera, el millonario hacendado y filántropo, y con Germán Leguía y Martínez, el influyente historiador y político, quien seguramente intervino para que en 1921 el gobierno del Presidente Leguía (su pariente) se decidiera a crear el Museo Arqueológico Brüning. En la esfera propiamente regional, se relacionó con dignatarios como el prefecto del departamento de La Libertad, Carlos A. Velarde, y el presidente de la Junta Departamental de Lambayeque, Francisco Cúneo Salazar.
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Los contactos con estudiosos nacionales eran obviamente frecuentes, más aún siendo Brüning miembro correspondiente del Instituto Histórico del Perú y de la Sociedad Geográfica de Lima. Hemos ubicado cartas de tres directivos de esta Sociedad, M. Melitón Carvajal, Manuel Montero Tirado y Scipión Llona; así como también del director de la Biblioteca Nacional, don Ricardo Palma, del ilustre dominico fray Domingo Angulo y del escritor Genaro Ernesto Herrera.
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Pero, no obstante su permanencia de casi medio siglo en tierras lambayecanas, Brüning jamás perdió el contacto con su nación de origen. Muestra de ello son sus repetidas consultas e intercambios de noticias con una serie de profesionales alemanes, especializados en temas afines a su campo de estudio. Es interesante el contacto que desarrolló con el presidente del Observatorio Marino de Hamburgo y el director del Museo Zoológico de Berlín y con diversos científicos de los ramos de la botánica, la etnología y la historia natural.Importa fijarse además en los contactos que mantuvo, después de su regreso definitivo a Hamburgo y Bordesholm, con gentes de la lejana tierra peruana. Son cartas plenas de afección y remembranza que le escribieron sus viejas amistades o parientes, relatando sobre los avatares de la existencia cotidiana en Lambayeque y el destino de su casa transformada en museo. Podemos referir a gentes como el doctor Armando Alva Díaz, de Ferreñafe, el apreciado don Moisés Ezcurra, de Chiclayo, la señora Victoria Mejía viuda de García, de Lambayeque (la creadora del alfajor o «king kong» de San Roque), don Augusto D. León, presidente de la Logia Teosófica de Chiclayo, y el influyente político Felipe S. Portocarrero, uno de sus mecenas en esta región.
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El profesor Richard P. Schaedel, en su trabajo de catalogación de este fondo epistolar en Hamburgo, ha considerado pertinente separar tres grupos de correspondencia de Brüning, a causa de su volumen y de la evidente importancia de los remitentes. Se trata, en primer lugar, de las misivas cruzadas con Adolph F. Bandelier, el antropólogo suizo que virtualmente definió el interés de nuestro personaje por las investigaciones del pasado costeño, luego de tenerlo como acompañante en sus recorridos por la ciudadela de Chan-Chan, la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna, restos de la civilización mochica y chimú cerca de Trujillo. De aquí surgió una importante serie de cartas, fechadas entre 1893 y 1898, que Bandelier redactó sucesivamente en Chachapoyas, Lima y un par de haciendas en Bolivia.
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En segundo término, es remarcable la extensa correspondencia con el doctor Friedrich S. Krauss, estudioso austríaco, quien editaba en Viena la revista Anthropophyteia (anuario para recolecciones folklóricas e investigaciones sobre la historia de la moralidad sexual). En esta tribuna Brüning publicó más de una decena de colaboraciones, generalmente notas de breve extensión. Schaedel (1988: 209) ha dicho en este respecto que, «a nivel de sus investigaciones históricas, arqueológicas, etnográficas y lingüísticas, la revista Anthropophyteia le convenía como órgano de publicación, porque no requería mayor síntesis y poco o ningún análisis». Lo cierto es que Krauss se comunicó con el ingeniero alemán en diecinueve oportunidades, mediante prolijas cartas despachadas entre 1908 y 1927.
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Otto von Buchwald, el tercero de los corresponsales con sección aparte, era ingeniero de profesión y miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia ecuatoriana, domiciliado en Guayaquil. Brüning apreciaba el viaje de estudio que realizó a la cuenca del río Chancay (1905) y sus posteriores recorridos por la serranía norte del Perú. La relación postal entre ambos parece comenzar, sin embargo, años más tarde: en el archivo hemos ubicado nueve cartas originales de Buchwald, todas manuscritas, fechadas desde 1916 hasta 1927. Están datadas por regla general en Guayaquil, salvo una que corresponde a la hacienda Mina, en el parque nacional El Boliche.
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Por fin, entre las piezas remitidas por el mismo don Enrique, destacaremos la copia de una carta suya al Presidente Augusto B. Leguía, fechada en Chiclayo el 29 de mayo de 1925, escasamente tres semanas antes de su salida del país. En esta misiva agradecía al mandatario por el gesto de haber autorizado la compra de su colección de antigüedades lambayecanas, y se despedía de Leguía y de los peruanos al abandonar su patria adoptiva por «haberme sobrevenido una enfermedad». Buena muestra de la singular dedicación y cariño de Brüning por la región costeña del norte, donde trabajó con indesmayable energía y con rigurosidad típicamente germánica, constituyéndose —en pocas palabras— como un dechado de ciencia en los principios del siglo XX.
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Las grabaciones musicales de Brüning
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La enorme tarea de nuestro personaje en el rescate de la civilización tradicional de la Región Lambayeque pasó por una investigación global de su historia, su cultura, sus ritos y su ambiente natural. El laborioso ingeniero alemán utilizó para ello los más diversos recursos técnicos, y así estuvo en capacidad de brindar también un extraordinario aporte a la etnomusicología del Perú, plasmado en sus registros de la música aborigen y popular de la costa norte, que recogió durante el primer cuarto del siglo XX, tanto en Eten como en Lambayeque.
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El mérito de haber devuelto a la luz científica los viejos cilindros de cera con las grabaciones musicales de Brüning corresponde a la profesora Chalena Vásquez, del Centro de Música y Danza de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CEMDUC). En un viaje realizado a Berlín en 1998, la profesora Vásquez logró identificar 21 de esos cilindros, que se guardan hoy en el Museo de Etnología de la capital alemana, luego de curiosos avatares bélicos y políticos. Las piezas de fecha más antigua están datadas el 12 de abril de 1910 y son quizá las primeras grabaciones de música popular hechas en nuestro país: una verdadera joya para la cultura peruana. En una conferencia dictada en la Biblioteca Nacional de Lima, la profesora Vásquez dejó escuchar al público como primicia la cinta que reproducía «Serranita», una pieza tocada con flauta y tambor, la cual Brüning grabó de unos habitantes de Eten en mayo de 1910.
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En este contexto, Juan Mejía Baca evocó alguna vez la relación que había tenido en su infancia con don Enrique Brüning, al cual solía visitar —violín en mano— en su casa de la villa de Eten. El investigador peruanista no solamente le alentaba a ejecutar en las cuerdas piezas de Schubert y otros compositores europeos, sino también le contaba de su interés por la lengua, la música y las costumbres de los herederos del pueblo mochica. Según explica Mejía Baca (1989: v-vii), «los antecesores de estos discos [de acetato] habían sido los cilíndricos de cera, y don Enrique Brüning tenía buena cantidad de ellos, y me hizo escuchar marineras y otros estilos ejecutados en arpas o guitarras, y voces de cantores, que grabara en la villa de Eten [...] a principios de siglo».
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Las grabaciones musicales fueron enviadas por don Enrique al profesor Erich Moritz von Hornbostel (1877-1935), un renombrado estudioso de origen vienés, considerado el padre de la musicología comparada, quien por entonces dirigía el archivo fonográfico del Instituto de Psicología de la Universidad de Berlín. Ambos personajes mantuvieron un intercambio de cartas desde 1908 hasta 1925, según puede comprobarse por la documentación felizmente conservada. Junto con las grabaciones, Brüning enviaría desde el Perú ejemplos originales de instrumentos musicales y algunas fotografías. En una de aquellas cartas, fechada en 1912, decía Hornbostel que tanto los instrumentos como la música le parecían de clara procedencia europea.
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Hoy día, en el archivo fonográfico del Museo de Etnología de Berlín se contienen grabaciones efectuadas desde los años 1890 en diversas partes del mundo, mayormente en América del Norte, África oriental y el Sudeste asiático. Los viejos cilindros del archivo que dirigiera Hornbostel fueron trasladados a la Unión Soviética con motivo de la segunda guerra mundial, y retornaron después de varios años a la capital alemana para ser instalados en el referido Museo. A comienzos de 1991, con el cambio del sistema político que dividía a Europa, se produjo el retorno a la capital alemana de los más de 30.000 cilindros que integraban ese archivo y que contienen registros musicales hechos a finales del siglo XIX y principios del XX. Estos importantísimos testimonios —audibles por medio del viejo fonógrafo de Edison— habían sido evacuados de Berlín hacia el final de la guerra y pasaron a manos del Estado ruso, que los puso a disposición de los investigadores de su órbita política en Leningrado.
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Como documentos que reproducen la voz y la performance musical de tiempos pasados, las piezas del archivo fonográfico de Berlín nos devuelvan a situaciones remotas, melodías primitivas o costumbres ya olvidadas. Son así testimonios de gran valor para la herencia cultural de muy diversas colectividades, y en muchos casos constituyen los registros de música más antiguos que se han conservado. El estudio de las variantes en el estilo y carácter de estas canciones se ha hecho posible ahora que la tecnología moderna permite escucharlas a cabalidad (cf. Yep 2002; Vásquez 2006).
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La obra del fundador del archivo fonográfico de Berlín, el profesor Carl Stumpf, fue continuada a partir de 1905 por su discípulo Erich Moritz von Hornbostel, un judío vienés, bajo cuya dirección el archivo quedó eventualmente incorporado a la Escuela Superior de Música de Berlín. En 1933, al momento de verse Hornbostel obligado a emigrar de la capital alemana, por razón del ascenso al poder de los nazis, el archivo a su cargo estaba compuesto de unos 13.300 documentos fonográficos. Los originales eran unos frágiles cilindros de cera, de aproximadamente 10,5 cm. de alto por 5,7 cm. de diámetro, que permitían oír su contenido melódico sólo un número limitado de veces. La tarea que han emprendido los responsables del departamento de Etnomusicología del Museo de Etnología de Berlín a partir de su retorno a esta ciudad consiste en elaborar un catálogo detallado de todas aquellas piezas, que se encontraron bastante desordenadas y parcialmente incompletas, y tratarlas luego de manera tal que su registro acústico pueda ser trasladado a la moderna tecnología digital. Bien se comprende el enorme interés que ha levantado el «redescubrimiento» de dicha colección entre los estudiosos del mundo entero, los cuales han inundado prácticamente con sus demandas e inquietudes el referido departamento.
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De acuerdo con el trabajo de Susanne Ziegler (1995), la investigadora que ha examinado más directamente la tipología, procedencia y datación de los viejos cilindros de cera, para la región de los Andes existen las colecciones formadas por Konrad Theodor Preuss, en Colombia (100 cilindros), Robert Lehmann-Nitsche, en Bolivia y el norte de Argentina (38 cilindros), y don Enrique Brüning, en la costa septentrional del Perú (21 cilindros). El conjunto de grabaciones musicales de nuestro personaje incluye piezas representativas de lo más típico y popular de la sociedad norteña: hay marineras (como «El algarrobito» y «La concheperla») tocadas en flauta y tambor; un triste ejecutado por tres mendigos ciegos con quenas; un huayno y un yaraví («Yo soy como las palomas») interpretados por un carpintero oriundo de Contumazá; una marcha de procesión con clarinete, chirimía y caja; un tondero a son de gaita («Flores negras»), y otras piezas más de enorme interés para la investigación etnográfica y musicológica. A fin de conservar mejor este valioso legado, los registros de cera han sido copiados en cilindros galvanizados.
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El Archivo Fonográfico de Berlín ha editado el año 2003 un documento sonoro de gran valor histórico para la comunidad lambayecana: Grabaciones en cilindros del Perú (1910-1925), sobre la base de las grabaciones realizadas por Brüning. Esta edición cuenta con orientadores comentarios técnicos a cargo de Virginia Yep. El disco compacto posee una excelente presentación y viene acompañado de un folleto explicativo en alemán y castellano, con ilustraciones, fotografías y partituras.
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Destaca ciertamente la rigurosa actitud científica de Brüning, teniendo en cuenta que era solo un autodidacta. Se sabe relativamente poco acerca de su trabajo de recolección musical, en contraste con la minuciosidad con la que clasificó su obra fotográfica, tal vez porque la técnica fotográfica de aquel tiempo le llevaba algunos años de ventaja al fonógrafo. Su primera etapa de registro corresponde a grabaciones efectuadas en la villa de Eten: entre 1910 y 1911, Brüning se concentró en grabar danzas, marchas, serranitas y marineras, tocadas por la combinación de flauta-cajita y chirimía-caja. La segunda etapa comienza varios años después, en 1923, y se prolonga hasta el fin de su estadía en el Perú. En esta etapa complementaria registró principalmente tristes, así como un tondero y un cachaspari, tocados por quena (solista, dúo y trío) y flauta doble. Cautivado por las fiestas patronales, su estructura, organización, imaginería y poder de convocatoria social, el investigador alemán compensó su carencia de formación en musicología con una buena intuición y capacidad de seguimiento etnográfico. Aunque faltan datos precisos sobre el registro de un par de cilindros, se podría deducir que éstos fueron tomados en la ciudad de Lambayeque, lugar donde Brüning residía por aquel tiempo.
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