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Nunca he creído en los encuentros de poetas segmentados por el género. Para mi la poesía no tiene sexo, me da lo mismo leer el poema de un poeta o el de una poeta; por eso cuando las feministas se esmeran en publicitarlos yo me pulo en omitirlos; sin embargo como no soy dogmático, aplaudo esos otros eventos que bajo el pretexto de presentar una propuesta con ánimo descentralista, que confío por la juventud de las convocadas no terminarán como aquellos que repelo; los aplaudo y recomiendo. Por eso pienso que FEMINÓPOLIS promete. Lo que me sorprende es que una institución como el Instituto Nacional de Cultura, que debería ser la responsable de organizar actividades como esta no solo se haya negado a abrirle sus puertas, sino que le haya cobrado a las responsables por el alquiler de su auditorio. Increíble, y ojo que se trata del INC de la autocalificada capital de la cultura. Por eso los recitales en Trujillo y los festivales de libros son promovidos por privados; por eso las instituciones culturales han perdido legitimidad frente a una población que los mira incrédula desde afuera, por eso los directivos de estas casas se han convertido en los gendarmes que maltratan las acciones que en otros locales se realizan, por eso Jorge Tume, César Olivares y David Novoa se han atrincherado en el Chaska, el único espacio que admirablemente lleva 24 recitales semanales ininterrumpidos; por eso aplaudo que las organizadoras le hayan puesto la otra mejilla a ese Felipillo de la cultura y a ver si ese pago por alquiler le sirve a sus funcionarios para que cumplan con aquellas labores por las que cobran un salario.
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FEMINÓPOLIS es un encuentro al que vale la pena asistir. A esto debo agregar que conozco la poesía de algunas de las convocadas. Sé de Danitza Crossby (Piura) desde el año 97 cuando me la presentó el poeta Jorge Hurtado en una de esas tardes cuando la Plaza de Armas era el punto de encuentro de quienes pululábamos en la noche liberteña. Leo a Denisse Vega Farfán (Chimbote) desde que mi hermano Stalin después de una feria de libros en Chimbote me trajo su Euritmia, después coincidimos en la Web y después en Lima; recuerdo una tarde cuando fui a recogerla a Lince y en un recorrido de dos horas por el centro me dio la impresión que la literatura se puso de acuerdo para encontrarnos de casualidad a varios escritores: Miguel Ildefonso, Gabriel Ruiz Ortega, Max Palacios, Víctor Coral y Jorge Coaguila a quienes la presenté con la confianza que me remitía su poética. He leído a Matilde Granados (Chiclayo) gracias a un envío de Stanley Vega. A Denisse, Victoria Larco (La fábula del cuerpo) y a Nora Puertas (Cianosis) las he incluído en mi antología DE GOLPE A GOLPE que amenaza con publicarse en julio de este año; las dos últimas poseen un registro que ubico entre lo más consistente de la última poesía trujillana, que ambas participen es otra razón para no dejar de asistir.
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Habría sido paja que por Lima participe Alessandra Tenorio, Andrea Cabel y Cecilia Podestá, desconozco la poesía de las otras poetas; lo que no desmerece el encuentro, todo lo contrario, lo enriquece y nos invita a conocer otras poéticas. Punto para la organización. INC: otra vez te me caíste.
Nunca he creído en los encuentros de poetas segmentados por el género. Para mi la poesía no tiene sexo, me da lo mismo leer el poema de un poeta o el de una poeta; por eso cuando las feministas se esmeran en publicitarlos yo me pulo en omitirlos; sin embargo como no soy dogmático, aplaudo esos otros eventos que bajo el pretexto de presentar una propuesta con ánimo descentralista, que confío por la juventud de las convocadas no terminarán como aquellos que repelo; los aplaudo y recomiendo. Por eso pienso que FEMINÓPOLIS promete. Lo que me sorprende es que una institución como el Instituto Nacional de Cultura, que debería ser la responsable de organizar actividades como esta no solo se haya negado a abrirle sus puertas, sino que le haya cobrado a las responsables por el alquiler de su auditorio. Increíble, y ojo que se trata del INC de la autocalificada capital de la cultura. Por eso los recitales en Trujillo y los festivales de libros son promovidos por privados; por eso las instituciones culturales han perdido legitimidad frente a una población que los mira incrédula desde afuera, por eso los directivos de estas casas se han convertido en los gendarmes que maltratan las acciones que en otros locales se realizan, por eso Jorge Tume, César Olivares y David Novoa se han atrincherado en el Chaska, el único espacio que admirablemente lleva 24 recitales semanales ininterrumpidos; por eso aplaudo que las organizadoras le hayan puesto la otra mejilla a ese Felipillo de la cultura y a ver si ese pago por alquiler le sirve a sus funcionarios para que cumplan con aquellas labores por las que cobran un salario.
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FEMINÓPOLIS es un encuentro al que vale la pena asistir. A esto debo agregar que conozco la poesía de algunas de las convocadas. Sé de Danitza Crossby (Piura) desde el año 97 cuando me la presentó el poeta Jorge Hurtado en una de esas tardes cuando la Plaza de Armas era el punto de encuentro de quienes pululábamos en la noche liberteña. Leo a Denisse Vega Farfán (Chimbote) desde que mi hermano Stalin después de una feria de libros en Chimbote me trajo su Euritmia, después coincidimos en la Web y después en Lima; recuerdo una tarde cuando fui a recogerla a Lince y en un recorrido de dos horas por el centro me dio la impresión que la literatura se puso de acuerdo para encontrarnos de casualidad a varios escritores: Miguel Ildefonso, Gabriel Ruiz Ortega, Max Palacios, Víctor Coral y Jorge Coaguila a quienes la presenté con la confianza que me remitía su poética. He leído a Matilde Granados (Chiclayo) gracias a un envío de Stanley Vega. A Denisse, Victoria Larco (La fábula del cuerpo) y a Nora Puertas (Cianosis) las he incluído en mi antología DE GOLPE A GOLPE que amenaza con publicarse en julio de este año; las dos últimas poseen un registro que ubico entre lo más consistente de la última poesía trujillana, que ambas participen es otra razón para no dejar de asistir.
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Habría sido paja que por Lima participe Alessandra Tenorio, Andrea Cabel y Cecilia Podestá, desconozco la poesía de las otras poetas; lo que no desmerece el encuentro, todo lo contrario, lo enriquece y nos invita a conocer otras poéticas. Punto para la organización. INC: otra vez te me caíste.
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